miércoles, 30 de octubre de 2013

Perfiles Criminales: El Monstruo de Los Andes

Existen pocos individuos que hayan inspirado tanto terror en Latinoamérica como Pedro Alonso López, más conocido por el infame alias de "El Monstruo de Los Andes", que durante las décadas de los 70 y 80 se embarcó en una escalofriante gira de asesinatos que lo llevó desde Colombia hasta Ecuador y Perú, provocando el pánico en los padres de familia en aquella época.


Era difícil de creer que detrás de ese rostro se escondía un verdadero asesino en serie, su hablar incongruente y desarticulado propio de personas con poca educación formal y su pequeña estatura eran el disfraz perfecto para una de las mentes criminales más prolíficas de América Latina. 

El Despetar del Monstruo

El colombiano Pedro Alonso López nació el 8 de Octubre de 1948 en Santa Isabel, Departamento de Tolima, en un hogar sumido en la pobreza donde era el séptimo de 13 hermanos, su padre murió antes de su nacimiento por lo que fue registrado con los apellidos de su madre, Belinda López, con quién se trasladó a la ciudad de El Espinal, a una casa donde vivieron hacinados junto al resto de sus hermanos, su madre ejercía la prostitución en la misma cama en la que dormían todos sus hijos por las noches.


En este ambiente fue criado "El Monstruo", un niño que según los vecinos era muy introvertido y tranquilo, castigado por su madre con una violencia desmesurada al igual que sus hermanos, la madre sometía a sus hijos a golpes y castigos crueles como atarlos a una silla mientras aplicaba fuego a sus pies, pero Pedro conseguía albergue en la casa de una vecina que se convertiría en una de sus personas más queridas en este mundo, Ana Matilde Gavilán. Un fatídico día Pedro fue sorprendido por su madre manoseando los pechos de su hermana menor y por ello fue castigado con severidad extrema, el pequeño niño de 8 años decidió huir de la casa para evitar esa vida de tormentos y prefirió hacer de las calles su hogar, bajo estas circunstancias sería abusado en reiteradas ocasiones e inició una vida criminal que lo llevaría a ser encarcelado por robo.

Aceitando la Máquina Homicida

Su dura infancia forjó al hombre que se convertiría en una máquina de muerte, sus manos eran poderosas e imponentes según manifiestan quienes lo conocieron en aquella época, tenían una fuerza que era evidente al estrecharle la mano, su cuerpo no era voluminoso y este hecho hacía dudar a muchos acerca de su verdadera capacidad de infringir daño, uno de sus hermanos manifiesta que Pedro dedicaba varias horas a su acondicionamiento físico y que prestaba mucha atención a sus manos, también expresó que entabló amistad con un matarife (faenador de animales) con quién habría aprendido varias técnicas para desmembrar y desollar a sus víctimas.


Por su vida en las calles Pedro Alonso habría desarrollado habilidades propias de un delincuente, como un caminar ligero y veloz que le permitiría huir con sus víctimas sin ser detectado, una paciencia sólo conocida por un criminal avezado en espera de la mejor oportunidad para ejecutar su ataque, y la picardía que exhiben los más descarados de los criminales. Su mente es otro de esos aspectos retorcidos que forman parte esencial de su naturaleza, "El Monstruo de Los Andes" presentaba el trastorno antisocial de la personalidad propio de los psicópatas, Pedro Alonso no era capaz de discernir la maldad de sus acciones y concebir la posibilidad de un castigo por las mismas, no tenía capacidad para la empatía y consideraba que con sus asesinatos perpetuaba la belleza y juventud de sus víctimas, de quienes decía tenían el cielo asegurado tras su muerte.

Tenía un talento seductor con el que conquistaba no sólo a las pequeñas niñas sino que también se ganaba el cariño de sus madres, las víctimas a menudo requerían un cortejo que podía durar por semanas, en otras ocasiones la ingenuidad de las menores era su mejor aliada. Se presentaba como alguien humilde y manso, lo que proyectaba una imagen que brindaba una engañosa confianza, por lo menos en los estratos sociales más bajos, su hablar errático pasaba desapercibido entre quienes lo rodeaban, pero también era capaz de una elocuencia comparable con la de un político en campaña, además tenía dotes histriónicos que no dudo en utilizar frente a las cámaras para distraer al público o quedar como un demente ordinario.


Camino de Sangre

Este sanguinario tolimense habría comenzado su gira de asesinatos empezando por casa, en la misma ciudad que lo acogió en su infancia, El Espinal donde se presentaron 2 causas penales en su contra por violación y asesinato, pero en aquella época Pedro Alonso López se encontraba muy lejos para ser capturado. Este escurridizo criminal no permanecía por mucho tiempo en un mismo sitio, cambiaba de paradero con frecuencia y prefería los suburbios pobres de la ciudades ubicadas en la zona montañosa de la extensa cordillera de Los Andes. 

Todavía en Colombia en 1971 con 23 años de edad fue liberado luego de una corta condena por robo de autos, mientras purgaba esta pena asesinó a dos convictos que abusaron de él, quienes se piensa fueron sus primeras víctimas, posteriormente ese mismo año sería capturado por una comunidad indígena del norte de Perú donde recibiría un castigo por los crímenes que habría perpetrado en contra de varias niñas de la localidad, tuvo la suerte de ser rescatado por una misionera estadounidense, luego se conoce que se trasladó a Ecuador donde se encuentran la mayor cantidad de víctimas confirmadas.


Durante su estadía en Ecuador habría violado y asesinado a más de un centenar de niñas, con casos reportados en las provincias de Imbabura, Pichincha, Tungurahua y en lo que hoy es la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. La céntrica provincia de Tungurahua fue donde Pedro Alonso López hizo de las suyas y vivía a sus anchas hasta su captura a manos de una humilde vendedora de mercado, Carlina Ramón, que logró frustrar el rapto de su hija con la ayuda de los transeúntes. Las investigaciones llevaron al descubrimiento de 28 fosas donde se encontraron 57 cadáveres, en la primera se hallaron 53 osamentas, en la mayoría de los lugares señalados no se localizó restos humanos, gracias a esta evidencia fue condenado a la pena máxima de 16 años de prisión en 1980.

Un Monstruo al Acecho

Pedro Alonso López cumplió sus 2 primeros años de prisión en la cuidad de Ambato, Tungurahua posteriormente fue trasladado al Penal García Moreno de la capital, donde pasó 12 años en el Pabellón B y salió en libertad en 1994, pero ese mismo año sería apresado nuevamente por permanecer indocumentado en el país y fue extraditado a Colombia donde las 2 causas penales presentadas en El Espinal habían desaparecido a causa de un incendio, sin embargo uno de los casos pudo ser reconstruido y con ello fue declarado culpable inimputable por causas de demencia y condenado a tratamiento psiquiátrico hasta su rehabilitación. La cual "milagrosamente" ocurrió en 1998 tras varios años de terapia ambulatoria, obtuvo libertad condicional y debía reportarse en un juzgado cada semana, pero no tardó en viajar a Ecuador de donde volvió a ser deportado por las autoridades.

En Colombia son pocos los vestigios que quedan del "Monstruo de Los Andes", en 1999 habría renovado su documento de identidad, luego gracias a varios reportes de desapariciones de niñas cuyo perfil coincidía con el de las víctimas de Pedro Alonso López en la región del Amazonas, la Interpol publicó una "Circular Roja" ordenando la captura inmediata de este individuo en 2002, esta orden sigue en vigencia hasta el día de hoy. En 2005 el número del documento de identidad de Pedro Alonso López fue dado de baja luego de encontrar un cadáver cuyas huellas dactilares correspondían a dicha ficha de registro, sin embargo una falsificación de dicho documento fue descubierta a raíz de estos acontecimientos, dicho número de identificación había sido asignado originalmente a otro hombre.

Pese a este reporte muchos no descartan que Pedro Alonso López se encuentre aún con vida, la posibilidad que una mente criminal como la de este individuo haya planeado fingir su propia muerte es algo que se considera muy probable, a día de hoy el "Monstruo de Los Andes" tendría 65 años y podría estar operando con una identidad falsa, la notoriedad del tipo de casos que él perpetraba ahora tienen un perfil bajo y gracias a que las autoridades descartan su participación activa en delitos en estos últimos años, su nivel de peligrosidad sería muy alto, en caso de continuar con vida...

Última foto conocida de Pedro Alonso López "El Monstruo de Los Andes"
El siguiente documental sirvió como parte de las fuentes a las que recurrí para la realización de esta publicación, se los recomiendo:

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