Entre las excusas más trilladas al momento de no presentar un trabajo escolar se encuentra la de "mi perro se comió mi tarea", ningún compañero en tu primera semana en el kinder te creerá peor aún tu maestra, pero ¿Qué ocurriría si por casualidad te llega a pasar a ti, esta vez de verdad?
A una estudiante de secundaria que cursa el octavo grado en el estado de Colorado, Estados Unidos le ocurrió exactamente aquello, su perro de hecho se comió su tarea pero esta vez la chica pudo conseguir pruebas que sustentaran su afirmación, aunque eso no la libró de llevarse un buen susto.
Payton Moody de 13 años, estaba preparando una maqueta del Monte Haleakala -uno de los volcanes del Archipiélago de Hawaii- para su asignación de ciencias y para ello utilizaba alfileres para mantener las cosas en su lugar, mientras que el ingrediente reactivo de este volcán era un caramelo que crece al hacer contacto con el agua, ya saben de estos que venden en la tienda, pero una mañana al despertar Payton descubrió partes de trabajo por el piso de su cuarto, hasta los alfileres que no había usado aún desaparecieron, entonces supo de repente lo que pasó aquella madrugada, su perro se había comido su tarea.
Bueno, saber que tu mascota se comió tarea queda en segundo plano cuando te das cuenta que su vida corre peligro al haber ingerido objetos como alfileres y por ello fue que llevaron al perro "Reggie" donde el veterinario más cercano, allí se pudo determinar que en su interior se encontraban cerca de 50 alfileres, de los cuales fueron extraídos casi todos con ayuda de un endoscopio, pero para sacar el resto fue necesaria una cirugía.
Reggie salió con éxito de la cirugía y se recuperó completamente del incidente, Payton acudió a su colegio y obtuvo una extensión en el plazo para presentar su tarea y obtuvo una A, esta historia tuvo su final feliz después de todo.
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