martes, 12 de noviembre de 2013

Compra escritorio en línea y encuentra fortuna dentro, la devuelve

No todas las historias disparatadas de internet que coloco en este blog son actos de estupidez o temeridad, también hay relatos que exaltan las más grandiosas cualidades de la raza humana, en este caso la honradez de un sujeto que hizo lo que pensó correcto, a pesar de estar en una situación en la que cualquiera hubiera hecho lo contrario y se habría salido con la suya. Admirable ciertamente.


Noah Muroff, un joven rabino y profesor del colegio de New Haven, compró un escritorio a través de un portal web por $ 150 dólares, la mercancía fue entregada satisfactoriamente pero una vez que el escritorio era dirigido hacia su destino dentro de la oficina del rabino, la puerta resultó un verdadero obstáculo para dicha tarea, por ello Muroff desarmó el mueble para facilitar el traslado y es en aquel momento que encuentra una pequeña bolsa plástica, en su interior había varios fajos con billetes de $ 100 dólares.

El matrimonio Muroff contó el dinero y acordaron que hacer con todo ese billete, y no fue una discusión, fue más bien la planificación de como harían para devolver el dinero, porque para este rabino quedarse con esa pequeña fortuna nunca fue una opción real; claro que la idea de disponer libremente del dinero estuvo sobre la mesa cuando se tomó la decisión pero no como podemos ver no trascendió.

Noah se puso en contacto con la mujer que puso el anuncio en línea y consiguió hablar con ella por teléfono para darle la buena noticia, la dueña de dicho mueble había heredado los $ 98.000 dólares que se encontraron en el escritorio, pero lo guardó hace varios años y luego olvido su ubicación mientras esperaba que dicho dinero apareciera por algún lugar dentro de si casa. La ubicación de la bolsa era inaccesible y requería que se desarmara el mueble para extraerla de la parte trasera de uno de los cajones.

La historia termina con la dueña original del escritorio recibiendo los $ 98.000 dólares de su herencia a manos de un completo desconocido, mientras que el rabino aceptó el gesto de dicha mujer que le reembolsó el valor pagado por el escritorio como muestra de admiración.

¿Habrían hecho lo mismo que el rabino en una situación similar? 

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