miércoles, 24 de julio de 2013

Chino mata a 2 funcionarios por no dejarlo registrar a su hijo.

China es un país donde el gobierno controla con mucho esmero gran parte de la vida de sus habitantes, mientras que muchos ciudadanos explotan en auténticos ataques de ira, esta vez un hombre vio su vaso colmado cuando la Ley de Planificación Familiar se interpuso en su camino.
Chino mató a 2 funcionarios porque no lo dejaron registrar a su hijo
Un hombre aún no identificado fue arrestado luego que matara a dos funcionarios de gobierno que no le habrían permitido ingresar a su hijo en el Sistema de Registro Civil, además hirió a otros cuatro, incluyendo una mujer a la que le cercenó la mano con su machete.

El detonante que provocó que este hombre arremetiera de tal forma sobre los funcionarios fue que el humilde campesino quería registrar a su hijo varón -su cuarto y último descendiente- y se enfureció al saber que debía pagar una elevada multa para poder registrarlo, y es que en China la Ley de Planificación Familiar sanciona a las parejas que engendren más de un hijo, sin embargo entre las familias rurales existe una excepción que se les permite tener un segundo bebé siempre que hayan tenido una primogénita antes. En este caso el hombre en cuestión, él y su pareja aparentemente estuvieron buscando tener un hijo varón a como de lugar, y este sólo llegó al cuarto intento.

Las autoridades han declarado discapacitado mental al agresor y por el momento la noticia se ha hecho eco por las redes sociales de todo el mundo, encontrándose comentarios de aliento y apoyo para este hombre entre los ciudadanos chinos y un creciente descontento con la política del hijo único.

Esto nos pone de frente con dos realidades, por una parte el control que ejercen los gobiernos altamente burocratizados y la opresión de las libertades del ciudadano de pie, esto se empieza a diseminar por todas partes, incluso Europa está sufriendo bajo las férreas medidas de austeridad, pero así como existen gobiernos que tienen éxito implementando su planificación centralizada, hay lugares donde los ciudadanos reaccionan y luchan por mantener sus libertades.

Por el otro lado tenemos la costumbre arraigada -especialmente entre las clases más pobres- de menospreciar o incluso evitar el nacimiento de una niña en casa, en favor de la búsqueda de tan ansiado hijo varón. Esta es una de las razones principales por las cuales las parejas pobres suelen tener muchos vástagos, pues aprecian al hijo varón como una valiosa herramienta que les facilite el duro trabajo, tener hijos para ellos se compara con una inversión y más que criar niños parece que criasen ganado. La falta de educación y de oportunidades es otra de las causas para que los más pobres del planeta sigan procreando a diestra y siniestra. Otros fenómenos más escalofriantes, como el incremento de abortos y el abuso sexual son producto de este insano deseo por engendrar un hijo varón, una obsesión que mantendrá a los pobres en su espiral descendente, mientras el mundo se vuelve cada vez un lugar más extraño.

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